martes, octubre 2

El océano te encontró.

Es entonces cuando no sabes donde ir, ni que hacer mucho menos como hacerlo...
Cuando no son claros los sentimientos, ni las ideas, cuando todo resulta confuso y la idea de seguir se vuelve aterradora.
Hace varios años que las cosas no van bien, es como estar nadando en medio de la nada y cuando apenas todo se tranquiliza no pasa mucho para que el oleaje trate de ahogarme de nuevo, aprendí a nadar contra ese mal tiempo sin perder la esperanza de algún día después de tanto tiempo llegar a el pedazo de tierra firme donde lo encuentre a él, tan ansioso de verme como yo de tenerle, frágil pero fuerte, esperando ser rescatado de una fría soledad con la que ha compartido su vida.
Y así tal vez lo dos aceptar que la marea siempre te recompensa el esfuerzo de haber luchado contra ella.